Una pequeña odisea en la historia del sector minero aurífero del Perú

El oro en el territorio peruano ha tenido una transcendencia infinita desde la aparición de sus primeras civilizaciones. A partir de aquellos momentos primigenios hasta la llegada de los españoles el oro nunca fue utilizado como medio de cambio ni representaba riqueza alguna, sino más bien, fue de gran provecho para ensalzar los motivos religiosos de chavines, moches, waris, tiahuanaquenses e incas, entre muchas otras culturas que se abrigaron en el seno de nuestro Perú haciendo notar su nacimiento, apogeo y decadencia. ¡El oro era lo que más se acercaba a parecerse a su dios e incluso era parte de él, el oro era como ellos lo llamaban: EL SUDOR DEL SOL!

En aquellos tiempos denominados precolombinos o prehispánicos había oro allende y oro aquende. ¡Oh fuerzas sempiternas, cuánto oro había! Aquellas llamas tan abrasadoras que rodeaban al dios sol hacían que su sudor se esparciera sobre todos los dominios de sus respectivos soberanos. Aquel sudor, que más que poder, representaba un don celestial.